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Tipos de Abejas
Las Abejas sin Aguijón
Apis: La Verdadera Abeja Melífera
El Clima y la Apicultura
La Vida de la Abeja Melífera
Las Castas
Necesidades Alimenticias de la Colonia
La Enjambrazón, El Sobreseer, y la Emigración
Existen muchas especies diferentes de abejas. La
mayoría de abejas son solitarias, pero algunas son sociales. Estas viven juntas en
colonias manifestando división de labor entre los individuos.
Su hábito de visitar flores hace que todas especies de abejas sean importantes como agentes la polinización. Todas las especies sacan el néctar y el polen de las flores, pero pocas de las especies de abejas sociales almacenan el néctar en forma de miel. De las especies que almacenan miel, hay aún menos que la almacenan en suficiente cantidad para que valga el esfuerzo de cosecharla.
La especie genus Apis, la
verdadera abeja melífera, es la especie que es la mayor productora de miel y de los
sub-productos de la colmena, aunque existan en estas regiones algunas especies sin
aguijón a las cuales se les roba los almacenes de miel. Apis mellifera, la abeja
de colmena del hemisferio occidental, se ha introducido a muchas regiones del mundo para
uso apícola.
En regiones tropicales, a algunas especies de abejas
sin aguijón - especialmente Trigona y Melipona - se les roba la miel
almacenada. Todas estas abejas construyen sus nidos dentro de envases huecos. Aunque no
piquen, defienden su colonia por me dio de mordidas al intruso. Algunas segregan
sustancias irritantes con la mordida.
El nido de cría de una abeja sin aguijón es de una celda de grueso y usualmente horizontal. Estas abejas guardan la miel en envases de cera del tamaño de un dedal colocados alrededor de la cámara de cría. En algunos sitios estas especies de abejas se mantienen en calabazas, vasos de arcilla, o troncos huecos. La miel se cosecha abriendo el hueco y sacando los envases de cera. El rendimiento es mínimo, y venderlo sólo vale al nivel local. Este tipo de miel tiene valor local medicinal.
Envases de cera de la Abeja Melipona
La cultura Maya de Centroamérica desarrolló un sistema de mantener en colmenas de troncos huecos una especie de la abeja Melipona. La miel era importante para sus celebraciones religiosas y hacían festivales y ritos para asegurarse de buenas cosechas de miel. Es el único caso mundial donde una apicultura se desarrollara con una especie no-Apis. Esta meliponicultura todavía existe en algunas regiones de Centro América. Rendimientos de 10-12 kg/año son los máximos que se cosechan con estas abejas.
El símbolo maya representado la abeja
Como estas abejas sin aguijón usan
un tipo diferente de estructura para almacenar la miel y para el nido de cría, mejores
métodos de mantener estas abejas no son muy eficaces en aumentar la producción. Esto en
combinación con bayos rendimientos hace que el cuidado de estas abejas sea
económicamente práctico sólo para uso casero.
Hay cuatro especies en el genus Apis -- tres
que son nativas de Asia y una que es nativa a la región Euro-Africana. Todas son
semejantes en apariencia, aunque haya diferencias de tamaño y color. Todas construyen
panales verticales de dos celdas de grueso.
Vista lateral de una sección de panal
La abeja gigante o abeja de piedra (Apis dorsata) y la pequeña abeja melífera (A. florea) se encuentran en Asia. Ambas construyen nidos abiertos de un panal. Los nidos guindan de las ramas de los árboles, de las azoteas o de los techos. Las abejas adultas forman una cortina alrededor del nido para controlar las condiciones ambientales. La cría y la miel almacenada están en el mismo panal - la cría, en la parte inferior y la miel en la parte superior.
En algunos sitios, han descubierto métodos de remover la sección del panal que contiene la miel y de relocar la sección de la cría, así se practica el cuidado de la abeja con esta especie de abeja. Los rendimientos son suficientemente altos (especialmente con A. dorsata) para que el esfuerzo le sea lucrativo al labrador.
No se conocen mejores métodos de cuidar estas abejas que los que se están usando. Ambas especies son de conducta difícil de pronosticar, y no pueden vivir dentro de una colmena. La abeja gigante es especialmente defensiva de su nido. Por eso hay poco potencial para el desarrollo en el cuidado de ambas especies, aunque con frecuencia exista el potencial de mejorar la calidad de la miel por medio de métodos más cuidadosos de extracción y embotellamiento.
Otras dos especies de Apis (mellifera y cerana) normalmente construyen nidos de múltiples panales dentro de huecos tapados. Estas abejas se pueden mantener en colmenas, y se han desarrollado métodos para una utilización más razonada de su potencialidad. Es con estas dos especies que existe la potencialidad para el desarrollo apícola.
La abeja colmenera occidental (Apis mellifera) es nativa de Asia occidental, Europa, y Africa. Dentro de estas áreas esta abeja tiene una variación tremenda, y se reconocen por lo menos veinte diferentes sub-especies o "razas" divididas generalmente en dos grupos, europeas y africanas. Hay varias razas de esta abeja que se consideran especialmente buenas para la apicultura.
Características de la abeja beneficiosas a la apicultura
- alta producción de miel
Las razas Europeas de la abeja de colmena occidental han sido introducidas a casi todas partes del mundo, incluso las Américas, Australia, y Asia. Esta abeja se ha estudiado extensivamente desde dos puntos de vista, el biológico y el apícola. Bajo saludables condiciones, razas ejemplares construyen colonias grandes y producen grandes excedentes de miel. Rendimientos de 100 kg/año o más son posibles bajo óptimas condiciones.
La abeja melífera occidental ofrece una gran potencialidad al desarrollo de la apicultura. Además de sus grandes rendimientos de miel una de las características que ha hecho que sea popular para la apicultura es su habilidad de sobrevivir bajo condiciones variadas. Otra característica es que es fácil de encontrar, porque aparece naturalmente en las poblaciones nativas, o por haber sido introducida a tales poblaciones históricamente. Por estas variadas razones el enfoque de este libro es la abeja melífera occidental.
La abeja oriental llamada la abeja colmenera india (Apis cerana, anteriormente A. indica) es nativa de Asia. En diferentes regiones de Asia se desarrollaron formas de apicultura con esta abeja porque es fácil de cuidar en envases hechos por el hombre. En algunos sitios los rendimientos suben a 15-20 kg/año pero el promedio es much más bajo.
Existe mucha variación en las razas de la abeja india en su territorio, y se ha hecho poco para seleccionar razas más productivas para la apicultura. Los métodos apícolas usados con esta abeja son semejantes a esos usados con la abeja occidental, aunque las colmenas que se usan son más pequeñas.
El desarrollo de la apicultura de pequeña escala usando la abeja oriental merece atención en su sitio nativo. Aunque los rendimientos son bastante más pequeños que con la abeja occidental, la oriental tiene la ventada de estar ya bien adaptada a las condiciones de la región. Es más resistente a algunas de las enfermedades e insectos nocivos del lugar. Por eso sobrevive mejor bajo las condiciones de cuidado mínimo que frecuentemente caracteriza la apicultura al nivel del pequeño-agricultor.
En años recientes se ha visto un movimiento en Asia. de reemplazar la abeja de miel oriental con las razas europeas de la abeja occidental. Esto ha tenido éxito sólo en las regiones templadas y sólo en proyectos de grande escala y de muchos fondos donde existe la tecnología para controlar los males y las enfermedades parasíticas que les sucede a las razas europeas. En el paso de un proyecto desarrollados de pequeña-escala, considere las realidades de las condiciones antes de escoger una especie sobre ótra.
En todo proyecto de desarrollo apícola de escala pequeña la abeja nativa del sitio se debe usar. La Importación de otras especies de abejas trae más riesgos que éxitos.
La importación de abejas frecuentemente trae muchos problemas. El importar abejas para un proyecto de pequeña-escala con frecuencia crea una dependencia psicológica a la ayuda de afuera. La gente no se da cuenta de que hay un surtido natural al nivel local, o no tienen incentivo para usarlo.
Las abejas importadas no están adaptadas a los lugares donde se introducen. Esta falta de adaptación es especialmente problemática en la introducción de razas europeas templadas a sitios tropicales.
La importación de abejas también trae el riesgo de la introducción de enfermedades y parásitos exóticos. Casos trágicos se han visto en años recientes en Europa y Sur América con la introducción de Varroa, un ácaro parasítico.
El problema más notable causado por la importación descuidada de abejas ocurrió en el Brasil en 1956. En muchas regiones templadas de Sur América ya existía una industria apícola bien establecida basada en el uso de las razas europeas de la abeja occidental. Se importaron abejas africanas al Brasil para tratar de establecer una industria apícola en las regiones tropicales. Algunas de estas abejas se escaparon por accidente y establecieron colonias. Han continuado una expansión de su territorio en las tierras bayas tropicales, y en la mayoría de casos han reemplazado a las razas de abejas europeas.
El establecimiento de abejas africanas en la América tropical ha causado una gran interrupción de la industria apícola. La abeja africana es característicamente defensiva y de conducta difícil de pronosticar. Estas son características que no son deseables desde el punto de vista del abejero. En algunos casos personas y animales en las cercanías han sufrido picadas mortales. Acostumbrarse al aumento de incidentes de picadas y a la dificultad de manejar esta abeja ha sido muy difícil para los abejeros. Cuando las abejas locales se asimilan con las africanas silvestres frecuentemente es necesario mudar las colmenas fuera de sitios poblados.
Por otra parte, la abeja africana se
presta mejor al cuidado mínimo que la europea. Agricultores de escala pequeña que
quieren comenzar un proyecto apícola tienen un surtido natural barato en las colonias
silvestres de la abeja africana. Colonias silvestres son comunes en las regiones
tropicales donde se adapta esta abeja. (Vea el Apéndice A para una fuente sobre la
apicultura con la abeja africana.)
Para entender la relación del clima con la
apicultura es útil primero tener un entendimiento de dos conceptos relacionados con las
abejas y su medio ambiente. Estos conceptos son la afluencia del néctar y la afluencia de
la miel. No obstante que los abejeros hablen de éstos como si fueran iguales, y aunque
tengan parecidos, son diferentes procedimientos.
La afluencia del néctar es una función de las plantas. Se refiere ambas a la cantidad y la calidad (cantidad de azúcares disueltas) del néctar secretado por la planta. La afluencia de néctar en un sitio y en un tiempo especifico depende de las especies de plantas y los factores del clima que afectan a esas plantas. Los factores climáticos y la composición del terreno determinan la flora de un sitio, afectando la afluencia potencial de néctar. Lluvia, temperatura, y sol afectan las matas y determinan la afluencia actual del néctar.
Algunas especies de plantas segregan muy poco néctar, mientras otras secretan cantidades copiosas. La calidad, o contenido de azúcar del néctar varia entre las diferentes especies de plantas. El clima también afecta la calidad. Mucha lluvia causa más secreción de néctar, pero de bajo contenido de azúcar.
Para la mayoría de especies de plantas, las condiciones para la afluencia óptima de néctar son - lluvia adecuada antes de florecer y condiciones secas y asoleadas durante el periodo de florecer. La ocurrencia y cantidad relativa de períodos secos de sol varia de año en año, por eso la afluencia de néctar puede ser muy variable. Algunas especies de plantas se afectan menos con las fluctuaciones climáticas. Estas matas son seguras de segregar buenas afluencias de néctar ano tras año. Otras plantas son muy sensitivas a las fluctuaciones. Estas pueden rendir mucho néctar unos años y no rendir nada en otros años.
La afluencia de la miel es una función de la relación de la abeja con las matas. Es el uso de la afluencia del néctar por la colonia de abejas. Aunque haya poco que el abejero pueda hacer para afectar la afluencia del néctar; buen manejo de la colonia es importante para asegurar buenas afluencias de miel. Se necesitan colonias fuertes en el periodo de máxima floración para producir la óptima afluencia de miel.
Para producir una buena afluencia de miel las abejas pecoreadoras o recolectores necesitan condiciones atmosféricas favorables para volar durante el periodo de buena afluencia de néctar.
La afluencia de miel
Las áreas óptimas del mundo en términos de la afluencia potencial de miel son áreas de bosque caducifolio en los sitios tropicales que son alternativamente húmedos y secos. Estas áreas tienen una temporada seca larga que permite que las colonias de abejas aumenten sus fuerzas y población para poder aprovechar la máxima afluencia del néctar. La flora de estas áreas también es particularmente rica en plantas nectaríferas. El periodo seco y asoleado después de las lluvias induce una afluencia de néctar y es buen tiempo para el forraje. Estas áreas pueden soportar grandes apiarios de 100 colonias con rendimientos óptimos de hasta 150 kg/colonia/año.
Areas con continuas condiciones frescas, nubladas o lluviosas no son favorables para la apicultura. El néctar es de baja calidad, y estas abejas no tienen suficientes días que permiten el forraje en estas regiones. Por supuesto que en regiones grandes de desierto está excluida la apicultura permanente aunque haya forraje bueno por cortas épocas durante el año.
Las abejas no son atraídas a todas plantas. La flora nectarífera varia mucho dentro de cualquier zona climática. Factores naturales afectan el medio ambiente, y a veces la gente puede alterar las posibilidades apícolas de una región con los métodos agrícolas y el modo de uso del terreno. El arrazar grandes áreas de forraje bueno y su reemplazo con la monocultura puede destruir un sitio bueno para las abejas si la cosecha introducida no es ventajosa para la abeja.
Por otra parte, el pasto de abejas de un lugar se puede mejorar si plantas de ventada nectarífera marginal se reemplazan con plantas que producen bastante néctar y polen. Jamás es económicamente práctico hacer sembrados grandes sólo para mejorar el pasto de abejas, aunque el pasto de una área se puede mejorar escogiendo buenas plantas nectaríferas que tengan otros usos palmarios como de selvicultura, leña, o cosechas de forraje para ganado.
La apicultura puede ser lucrativa bajo diversas condiciones de afluencias de néctar y miel. Estas condiciones ayudan a determinar el tamaño y el tipo de una operación apícola lucrativa y no a determinar la proporción de ganancia. Hay muchos sitios que no serien buenos para una industria apícola de escala grande, pero soportarían muy bien un proyecto de pequeña escala.
El plan de un proyecto apícola de pequeña escala no debe poner mucho énfasis en la flora nectarífera. El fin de la mayoría de estos proyectos es de introducir mejores métodos a la relación establecida entre el hombre y la abeja. Si la relación ya existe, y las abejas ya están produciendo miel, es mucho más práctico deducir que existe un pasto adecuado. Es un desgaste de fuentes poner énfasis en el estudio de la flora nectarífera regional para el comienzo de un proyecto pequeño.
La identificación de la flora
nectarífera es parte integral del conocimiento del abejero, el cual aumenta con la
experiencia. Un estudio especial no se necesita. Los mismos abejeros aprenderán a
identificar la flora nectarífera mediante sus observaciones. El primer paso es fomentar
la apicultura.
La abeja melífera es un insecto de metamorfosis
completa. Esto quiere decir que hay cuatro distintas etapas en la vida de la abeja -
huevo, larva, pupa, y adulto.
El huevo
La larva
La pupa
La abeja adulta
Las primeras tres etapas se desarrollan en celdas en el panal, y juntas se llaman la cría. Huevos y larva están en celdas abiertas cuidados por las obreras. Estas etapas se llaman la cría, abierta, destapada, o desoperculada.
Cuando el huevo incuba, las obreras alimentan continuamente a la larva. Cuando la larva está llegando al fin de la etapa larval se engulle con la comida que le traen las obreras, y entonces las obreras tapan la celda. Esta etapa se llama la cría callada o operculada.
Después que se tapa la celda la larva se metamorfosea en una pupa. No come durante esta etapa. La pupa se cambia en una crisálida, la forma adulta que sale de la celda.
Los huevos
La larva
La pupa