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Más que ningún otro nutriente, el nitrógeno controla el crecimiento y la fructificación en las plantas y su manejo es delicado. El nitrógeno tiene mucha relación con la poda del árbol y el riego, por que estimulan crecimiento. Mientras el nivel de nitrógeno sea al adecuado para la fructificación, puede faltar con respecto al crecimiento, y si es bastante para crecimiento, puede ser demasiado para fructificación. El crecimiento normal es de 30 hasta 60 centímetros por temporada de crecimiento.
Para tener máxima producción de fruta, se debe estimular el establecimiento de follaje temprano en la temporada de producción, para tener bastantes reservas producidas por el árbol para alimentar bien las frutas. Esto involucra poda moderada, niveles altos de nitrógeno temprano en la temporada de producción, el raleo temprano de las frutas, niveles adecuados de humedad en el suelo y el agotamiento de crecimiento poco antes de la cosecha para agotar el nitrógeno. Aplicando nitrógeno cuando el árbol no tiene frutas puede estimular mucho crecimiento. Si el árbol tiene frutas en desarrollo, la aplicación de nitrógeno puede refrescar el árbol, particularmente después del cuajo de las frutas. Puede llegar a niveles apropiados de nitrógeno con la aplicación de 35 hasta 70 kilogramos nitrógeno por manzana (50 hasta 100 kilogramos por hectárea).
Se puede aplicar este cantidad en tres aplicaciones: un tercio después de la cosecha, un tercio seis semanas antes de la cosecha y el último tercio después del cuajo de las frutas. Después de la cosecha, cualquier aplicación de nutrientes se aplica para la siguiente cosecha.
La deficiencia de nitrógeno se nota con el cese del crecimiento, hojas de color verde-amarillo en las puntas de los brotes nuevos, y rojo-amarillo en la base de los brotes nuevos; manchas en las hojas de color rojo, café y manchas neuróticas, y pueden caer las hojas más temprano. Los rebrotes son delgados, cortos y tiesos con la cáscara de color rojo-café hasta lila-café.
El exceso de nitrógeno causa que las frutas duran más para madurarse, tienen menos color rojo y el crecimiento de los rebrotes excede 60 centímetros en árboles maduros. Un exceso muy grande en árboles nuevos puede causar la caída de las hojas y la muerte.
En EEUU muchos finqueros aplican nitrógeno, después de la brotación, para que el árbol: - forme bien las hojas, - inicie el desarrollo de las frutas y las yemas de la siguiente brotación y gaste las reservas de nitrógeno antes de que pueda crecer demasiado.
El nivel de nitrógeno en el suelo, no es de tanta importancia para planear el abonado, porque el nivel de nitrógeno en el suelo es muy variable y no se establece un nivel constante. No se ha encontrado alta correlación entre del nivel de nitrógeno en el suelo con el nivel en las hojas. LA MEJOR MANERA DE EVALUAR LA CANTIDAD DE NITROGENO A APLICAR A LOS ARBOLES ES POR ANALISIS FOLIAR, OBSERVACION DE LA CALIDAD DE LAS FRUTAS Y EL NUEVO CRECIMIENTO.